Las nuevas construcciones deben ser accesibles porque garantizar la accesibilidad física es un derecho humano fundamental para todas las personas, incluidas aquellas con discapacidades. La accesibilidad permite que todas las personas puedan acceder y utilizar los edificios, viviendas, espacios públicos y privados de la misma manera, independientemente de sus capacidades.
Además, la accesibilidad también es una cuestión de eficiencia y rentabilidad. La construcción de edificios y espacios accesibles desde el principio puede ser más rentable que realizar modificaciones y adaptaciones posteriores. También puede evitar costos y retrasos en el futuro si se necesita realizar adaptaciones para garantizar la accesibilidad.
La accesibilidad también puede tener un efecto positivo en la economía y la sociedad. La inclusión y la accesibilidad son cada vez más valoradas por los consumidores y pueden generar una ventaja competitiva para las empresas y las ciudades. Además, la accesibilidad puede mejorar la calidad de vida y la inclusión social de las personas con discapacidades, lo que puede tener un impacto positivo en la salud y el bienestar de las personas y en la cohesión social en general.
En resumen, la construcción de edificios y espacios accesibles es importante porque garantiza el derecho humano fundamental a la accesibilidad y puede ser rentable, eficiente y beneficioso para la economía y la sociedad en general.