La movilidad es fundamental para las personas con discapacidad porque les permite desplazarse y participar plenamente en la sociedad. Las personas con discapacidad pueden tener limitaciones físicas o de movilidad, lo que puede dificultar su capacidad para moverse de un lugar a otro, ya sea en su hogar, en la comunidad o en el lugar de trabajo.
La falta de movilidad puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas con discapacidad, limitando su capacidad para socializar, acceder a la educación, el empleo y los servicios básicos como el cuidado de la salud. Además, la falta de movilidad también puede tener un efecto negativo en la salud física y mental, aumentando el riesgo de aislamiento social, depresión y otras enfermedades crónicas.
Es importante reconocer que la movilidad es un derecho humano fundamental y que todas las personas, incluidas las personas con discapacidad, deben tener acceso a las instalaciones y servicios que les permitan una movilidad adecuada. Las políticas y prácticas que promueven la accesibilidad y la inclusión en el transporte, las infraestructuras y el urbanismo, pueden mejorar significativamente la movilidad de las personas con discapacidad y mejorar su calidad de vida.